Históricamente, la mayor función de la Inquisición española era "limpiar" España de los herejes (heretics). La Inqusición tenía el apoyo de la corona española, y llegó a su cumbre durante el reino de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, durante el siglo 16. Fue durante esta época que muchos judíos y musulmanes fueron matados en los "autos de fe," grandes espectáculos públicos en que se les declaraban a los herejes culpables de heresía antes de quemarlos vivos. La Inqusición duró mucho tiempo en España: el último auto de fe tomó lugar en Sevilla en el año 1780. Para ver una representación de un auto de fe, pulse aquí.