Según el Diccionario de la Lengua Española, un galopín es un muchacho sucio y mal vestido. Pero el obispo usa la palabra cariñosamente, con una intención humorística, no cruel. La palabra se deriva de galopar (to gallop), y puede también sugerir alguien taimado (crafty) que conoce bien el mundo. Es un presagio posible de la inteligencia nativa de Paco.